miércoles, 8 de diciembre de 2010

Espuma

Contraluz en Xivares

Cuando ruge la espuma somos menos que nada, más orilla que nunca. Divinidad cruel que nos ignora, desconoce -porque no nos necesita- nuestra existencia. Ella sólo persiste en su combate, milenario, magnífico y feroz contra la tierra.

Su música recuerda el origen del mundo, el pavor de las especies aplastadas por su ira, también de nuestra especie aterrorizada por la ola que acrecienta la resaca.

Durante años me ha perseguido un sueño en el que yo, a resguardo del muro, contemplaba una sucesión de olas gigantes con barcos que las surcaban en navegaciones increíbles.
Hace tiempo que ese sueño se ha unido al resto de sueños perdidos, pero aún lo recuerdo con mucha nitidez, y aún me estremece.

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