domingo, 19 de diciembre de 2010

Azar

Rosa de los vientos

El sueño del navegante tiene forma de ruleta, oscura percepción de los destinos que deseamos intuir, aun a sabiendas de nuestra incapacidad para las certezas.

Así, cada rumbo y cada viaje, cada amor y cada sombra te van convirtiendo en un superviviente de la incertidumbre, un náufrago afortunado que conserva su presencia en esto que llamamos vida, y que llenamos con ruidos y palabras.

Por eso, desesperadamente, buscamos el silencio.

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