No sé si alguna vez se abrirán los caminos, ni siquiera si debo plantearme tal posibilidad, o tan sólo aguardar en el punto exacto de la supervivencia, mientras todo se mueve alrededor, y pasa y es latido.
Ésta es la mueca de las canciones tristes, la estrofa de los ángeles caídos, otro cheque sin fondos, esa maldita forma de escupir las entrañas y maldecir la vida.
Ésta es la canción del solitario, otro túnel sin luz, otra mirada hueca, otra derrota.