Hay instantes en que todo se aquieta y es entonces cuando sucede: el espacio perfecto de la belleza pura.
viernes, 31 de diciembre de 2010
jueves, 30 de diciembre de 2010
Eco
La tarde se plegaba a una tibieza afín a su costumbre. Los ojos perseguían la línea de la costa y volvían después hacia su centro, pero tú ya sabías que el espacio de la desolación es un viejo camarada que puebla las playas cuando se van los niños, en ese momento en que llegan los ecos de todas las historias para recordarte cuanto has querido olvidar.
Dice la razón: "No esperes mucho más, confórmate con las cartas que la vida te ha dado".
Dicen los sueños: "Tu destino es navegar para siempre, nunca abandones".
martes, 28 de diciembre de 2010
Nómada
viernes, 24 de diciembre de 2010
Un giorno lo riavremo il mare
Si con la edad se pierden las palabras y se ensanchan las sombras, si te vuelves opaco o transparente según las circunstancias de quien ya no te mira, si en cada amanecer de tus pulmones ya sólo esperas que la vida siga, y que te dé más noches y más noches, y más noches después y no terminen, y se alarguen y crezcan hasta el grito que te obliga a bailar sobre su tumba:
Navigare necesse est,
vivere non necesse.
martes, 21 de diciembre de 2010
Grenland
Y después de todo, tantas millas para llegar aquí, a este rincón del mundo donde aguardas que hagan de ti crueles amasijos, despedazadas formas que alarguen la agonía de tu último viaje.
¿Ha merecido la pena? ¿Sientes en tus entrañas que este reposo triste recompensa tus sueños?
No sé cómo pensarte, tal vez como un inmenso cetáceo derrotado que se desangra y muere con un dolor tranquilo, sosegado, sin queja.
¿Sientes en tus entrañas que esta quietud de ahora recompensa tus sueños?
lunes, 20 de diciembre de 2010
Efímero
domingo, 19 de diciembre de 2010
Azar
El sueño del navegante tiene forma de ruleta, oscura percepción de los destinos que deseamos intuir, aun a sabiendas de nuestra incapacidad para las certezas.
Así, cada rumbo y cada viaje, cada amor y cada sombra te van convirtiendo en un superviviente de la incertidumbre, un náufrago afortunado que conserva su presencia en esto que llamamos vida, y que llenamos con ruidos y palabras.
Por eso, desesperadamente, buscamos el silencio.
viernes, 17 de diciembre de 2010
Conmoción
Me detuve en el límite. Hacía calor, mientras la tarde nos ofrecía el espacio perfecto para dejar a un lado las preguntas, como quien abandona algo innecesario, y concentrarnos en la única respuesta posible: la explosión inesperada de la belleza.
Después volvimos al coche para perdernos de nuevo en la misma sucesión interminable de curvas. Más tarde oscureció, pero en mi retina quedó grabada la brisa, y el silencio tal vez, y las gaviotas que regresaban del mar.
Y no hubo más, tan sólo el halo casi imperceptible de la tristeza.
martes, 14 de diciembre de 2010
Bruma
No sé si en las orillas se ven las soledades como las ve el marino, a un paso de la bruma que protege y encubre o traiciona y mata.
En medio de la desolada quietud del encuentro con la propia suerte, la proa es sólo una forma de referirse -como otra cualquiera- al mañana que desconocemos, al rumbo que, incierto, nos aventura en una página más.
domingo, 12 de diciembre de 2010
Liu Xiaobo
¿Es posible vivir al margen, no implicarse en nada que pueda conmovernos, mantenerse a la distancia precisa que evite hasta las salpicaduras?
"Cuando el viejo Chang-Yong estaba a punto de morir, Lao-tse se acercó a su lecho: "¿No tienes nada que revelarme?". Abriendo la boca, el moribundo preguntó: "¿Todavía tengo lengua?". Lao-tse asintió. "¿Y mis dientes?" "Todos los has perdido." Chang-Yong volvió a preguntar: "¿Te das cuenta de lo que esto significa?". "Quizá quieres decirme -repuso Lao-tse- que los fuertes perecen y los débiles sobreviven." "Así es -dijo el maestro-, y con esto hemos agotado todo lo que hay que decir sobre el mundo y sus criaturas." Y murió."
(Hsi K'ang, versión de Octavio Paz)
viernes, 10 de diciembre de 2010
Eternidad horizontal
Algunas veces algunas tardes en algunos momentos, en la más íntima soledad de una playa atravesada por el frío, lo eterno se concentra en la fracción de segundo del obturador y la utopía de la permanencia se hace presente, como si el mundo todo se detuviera con el afán único de ser contemplado, así, sin más deseo que esa pura contemplación, sin más destino que esa pasión de la mirada.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Equilibrio
¿Cuál es el punto del equilibrio? ¿Existe un punto exacto del desequilibrio, o es sólo la atracción por el vacío que un día se adueña de todos los rincones y deja a la nave sin timón ni rumbo?
Los pescadores de costa no piensan en ello porque su meta no es el mar; éste es sólo un inconveniente. Por eso arriesgan sin riesgo -no lo sienten como tal- y se convierten en una imagen de la vida misma.
En la cuerda floja y sin red.
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Espuma
Cuando ruge la espuma somos menos que nada, más orilla que nunca. Divinidad cruel que nos ignora, desconoce -porque no nos necesita- nuestra existencia. Ella sólo persiste en su combate, milenario, magnífico y feroz contra la tierra.
Su música recuerda el origen del mundo, el pavor de las especies aplastadas por su ira, también de nuestra especie aterrorizada por la ola que acrecienta la resaca.
Durante años me ha perseguido un sueño en el que yo, a resguardo del muro, contemplaba una sucesión de olas gigantes con barcos que las surcaban en navegaciones increíbles.
Hace tiempo que ese sueño se ha unido al resto de sueños perdidos, pero aún lo recuerdo con mucha nitidez, y aún me estremece.
martes, 7 de diciembre de 2010
Inquisiciones
¿Cómo concebimos la mirada del descubrimiento? ¿Y la contemplación? ¿Qué guarda la mirada de un niño?
¿Por cuánto tiempo? ¿Cuándo empezamos a ser olvido? ¿Cuánto tarda en desdibujarse la memoria de un rostro?
¿Dónde quedan las orillas que fuimos?
¿Y el viento del norte?
¿Y las mañanas de invierno?
¿En qué latitudes nos aguardan las sombras del pasado, las playas perdidas de la infancia?
lunes, 6 de diciembre de 2010
Thalatta
Vivir en la frontera, cuando ésta es variable e imprevisible, es un modo de situarse en el mundo, una manera de intentar capturar la cadencia y el movimiento, las multitudes del agua.
Vivir en la frontera del mar es convertirse en un ladrón de intimidades, un devorador de secretos que navega, a pesar de todo, con la conciencia de que nunca alcanzará más que los límites, nunca irá más allá de una orilla que juega con trampa, porque ella sí es infinita.
Vivir en la frontera del mar es un proyecto, por definición, interminable.
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