domingo, 30 de enero de 2011

Búsquedas

Sutilezas

Hace frío. La tarde y el viento caen sobre mí, y la orilla parece un refugio inútil. Los restos del último temporal dan a la playa un aspecto desolador, como recién salida de un combate. Siento que me encuentro en un límite que no seré capaz de expresar, y aguardo entonces a un pie de la frontera el anuncio de la última luz.


miércoles, 26 de enero de 2011

Ciudad

Salto

Hay ciudades que soñaron ser mar, barcos sin proa abiertos al empuje constante de la espuma.

Hay ciudades que vuelven al silencio y se quedan en él, maldiciendo su suerte, figurándose futuros imposibles.

Hay ciudades crueles con sus hijos, perdidas para siempre en la reseña triste de una nota a pie de página.


martes, 18 de enero de 2011

Intuición

Splassshhh!!!

He llegado tarde y la luz no es buena. Ayer no he podido venir. Tampoco sé, de haber venido, si hubiera podido acercarme siquiera al muelle, porque el pequeño espigón de la playa de Los Quebrantos está destruido casi por completo. Los operarios municipales limpian la arena de lo que parecen restos de un combate épico: troncos enteros, muebles, cuerdas, piedras, se apilan ahora en el acceso al arenal, esperando los camiones. Por si acaso, he traído el teleobjetivo porque algunas olas aún continúan batiendo contra el otro espigón, el de San Esteban. No parecen demasiado grandes y estoy a punto de irme, un poco abatido, cuando, de pronto y nunca sabré cómo, intuyo el momento y hago un solo disparo: éste.

lunes, 17 de enero de 2011

El deseo y la sed

Insistencia

Si luego, en desagravio, la marea te acerca de nuevo hasta la orilla, no confíes en que el tiempo se detenga para ti, porque nunca sucede lo que no puede suceder.

Confía sólo en que en tu mirada permanezcan el deseo y la sed, y aquella manera tuya de convocar los sueños.


domingo, 16 de enero de 2011

En el silencio

Desde el cabo Peñas 04

No creas imposible que alguna vez, en el silencio de la noche, vengan a ti las sombras que has sido, cada una de las imágenes que poblaron tus años hasta desembocar en esta orilla, esta cansada inquietud de las incertidumbres, este conocido dolor, esta condena confusa e inútil.

Entonces, convócate otra vez, reinventa los alfabetos de las constelaciones y hazte a la mar una mañana de bonanza, sin más pasión que el vértigo inefable de la singladura.

sábado, 8 de enero de 2011

Desnudo

Del horizonte a la arena

Te veo llegar y espero a que te acerques, desnudo por ti, sin miedo a la densidad de tu abrazo, como un amante espera de su amada el roce estremecido de sus dedos.